CAPÍTULO 16: INTERCEPCIÓN
El camino hacia el hospital parecía transcurrir lento, a pesar de que la ambulancia conducía a toda velocidad. El pitido constante de los monitores que vigilaban los signos vitales de Cristel era que se oía en el interior junto con el sonido de las sirenas. Iba inconsciente, por lo tanto la sedaron por si despertaba y así no pudiera sentir el dolor.
Su rostro seguía pálido y la piel bañada en sudor frío. La herida seguía sangrando a pesar de los intentos que hicieron los paramédicos para detenerla; las cosas se habían complicado. Sabían que si no llegaban pronto al hospital, no lo iba a lograr.
Dos oficiales iban en una patrulla escoltando a la ambulancia. El reporte había sido claro: una reclusa herida de gravedad, debía ser trasladada de inmediato al hospital central de Chicago. Lo que no sabían… era que alguien quería impedirlo a toda costa.
Faltaban pocos kilómetros para llegar cuando todo se fue al carajo.
Una camioneta negra apareció de la nada. Venía d