Capítulo 105. La Trampa Silenciosa.
**Camilo**
Hay cosas que no se aprenden en los libros. Como la forma en que una mentira mal contada se deshace al tercer silencio. O cómo las miradas evitan los ojos cuando se oculta algo. He aprendido a leer entre gestos. Entre pausas. A descifrar la verdad como quien camina entre ruinas.
Y Beatriz estaba llena de ruinas.
Desde que Laura me habló de aquella llamada en la cena familiar, no he podido pensar en otra cosa. Mandé a revisar su teléfono, sus cuentas bancarias, hasta la señal satelital de sus recorridos diarios. Nada concluyente. Pero el vacío también dice cosas. La ausencia de huellas a veces es la huella más clara.
Hoy, por fin, algo se movió.
—Tenemos esto —me dijo Andrés, uno de mis hombres de confianza, mientras deslizaba una carpeta manila sobre el escritorio—. Es una imagen captada por una cámara de seguridad, dos noches después del cumpleaños de Valentina. Esta mujer dejó un sobre en un buzón en El Poblado.
—¿Y?
—El buzón pertenece a un apartamento vacío. El arrendat