245. El Circo del Cama-león
Las piezas del posible perverso rompecabezas apuntaban a Blandini y comenzaron a encajar en la mente del león.
—O capaz… no se esté inmolando —dijo Florencio lentamente—. Tal vez está siendo sacrificada.
Platina se detuvo y lo miró.
—Explicate.
—Blandini nos ganó de mano —continuó Florencio—. Él sabe que nosotros sabemos de su alianza con Mar. Sabe que, si la capturamos, podemos hacerla hablar, podemos conectarlo a él con Elio, con los asesinatos. Así que hace la única jugada que le queda: la quema. La convierte en una "loca inimputable".
La revelación golpeó a Platina.
—Claro… —susurró—. Si Mar es oficialmente una paciente psiquiátrica, su testimonio no vale nada. No puede ser usada como testigo en su contra. Ni en el nuestro. Está limpiando sus cabos sueltos a plena luz del día, y lo está haciendo parecer un acto de compasión.
—Está protegiéndose a sí mismo —concluyó Florencio, con una mezcla de rabia y una oscura admiración por la genialidad de la jugada—. Y al hacerlo, nos deja a