La palabra "exclusividad" resonó en el living estéril de la Estancia Sombra. No sonó como una oferta de colaboración. Sonó como una demanda de rendición incondicional. Selene miró a Florencio, esperando ver en él la furia, el rechazo instintivo del político que se niega a ser controlado por la prensa. Pero en su lugar, vio algo que la sorprendió: cálculo. Sus ojos verdes no estaban mirando a Platina como a una enemiga, sino como a una pieza invaluable en el tablero, una pieza que acababa de ponerse en juego.
—Tu oferta es… interesante, Platina —dijo Florencio, su voz recuperando la calma sedosa del negociador—. Pero tiene un par de fallos logísticos.Platina enarcó una ceja, divertida por su audacia.—Iluminame.—Primero: vos creés que tenés todas las cartas, pero solo tenés una foto y un montón de archivos vi