103. Lo Que No Te Moja
Abajo, Maia se materializó de nuevo, justo entre Selene y Mar, haciendo que la batalla se detuviera. La confusión abrumaba a Selene. ¿De dónde apareció? ¿Qué estaba pasando?
Mar aprovechó la oportunidad.
—Ahora Maia es un fantasma, amiga —dijo—. Tu amante la acaba de matar. Solo los "muertos" pueden hacer eso.
Desde arriba, Florencio escuchaba lo que Mar decía, rogando firmemente que Selene no se crea tal locura que acaba de escuchar.
—Es cierto —dijo Maia—. ¿¡Ves lo que hace!? ¡Ese tipo mata a tus amigas! —gritó.
La escena abajo cambió. Mar, que había estado observando, con un gesto teatral, levantó los brazos. El agua estancada del suelo se alzó en dos látigos oscuros que golpearon a Selene, haciéndola caer de rodillas una y otra vez. Ella cayó, agotada, confundida.
Pero Florencio, desde arriba, lo vio. En un instante de absoluta claridad, lo vio.
Vio el detalle que lo cambió todo.
Uno de los látigos de "agua" golpeó una de las enormes turbinas oxidadas. Un impacto sonoro, at