El evento transcurría con su aire habitual de exclusividad y elegancia. Empresarios de alto nivel, inversionistas y figuras influyentes conversaban entre copas de champán y luces cálidas que iluminaban el lujoso salón. Sin embargo, toda conversación se detuvo cuando las puertas principales se abrieron con un aire de majestuosidad, anunciando la llegada de una presencia imponente.
Alexa Brandon hizo su entrada con la seguridad de una mujer que sabía que todas las miradas le pertenecían.
Vestida en un ceñido vestido rojo carmesí de seda, con un profundo escote en la espalda y una abertura lateral que revelaba sus largas piernas, caminó con paso firme, cada movimiento reflejando una gracia provocadora. Su cabello, perfectamente estilizado en ondas que caían sobre uno de sus hombros, enmarcaba su rostro de facciones marcadas y labios pintados en un rojo intenso que combinaba con su atuendo.
El murmullo entre los asistentes comenzó de inmediato.
—Es increíblemente hermosa… —susurró una de