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—No deberíamos llamar la atención. Usted dijo Ángela, Salomón, creo que no puede ser una buena idea. Si encuentras otra forma de cruzar ese salón sin llamar demasiado la atención, quiero escuchar.
Hasta Sirius volteó a mirar a Ansy para tratar de encontrar en él alguna explicación, pero el lobo no tenía ninguna salida.
—¿Qué haremos? No podemos simplemente hacer ruido aquí afuera. Saldrán detrás de nosotros y no tendremos la oportunidad de cruzarlo.
Salomón movió su cuello de un lado para otro. Las cadenas que colgaban de sus cuernos resonaron levemente. Antes, siempre se había preguntado para qué eran esas cadenas, pero luego imaginó que tal vez serían simplemente adornos, así como las mujeres que usaban pendientes o los hombres con sus collares. Él nunca había sido mucho de adornos; de hecho, ningún lobo. Los adornos solían desaparecer y perderse en medio de una transformación, así que no eran muy fans de usar ese tipo de objetos colgando del cuerpo. Pero no podía negar que en Salom