Capítulo218
Me sujetó la mano.

Al voltear, vi a Sergio. Me miró con dulzura antes de enfrentar a Carlos, y con un tono de voz profunda y segura dijo: —No me iré hasta que la inspección final esté completada.

Era su carácter.

Cuanto más querían que se fuera, más se resistía, igual que antes lo hacían.

Esperaba la respuesta de Carlos cuando Sergio apretó mi mano con fuerza y añadió: —Se lo prometí a Sasa.

Ese "Sasa" y mencionar que me lo había prometido me hizo estremecer, mientras el rostro de Carlos se ensombrecía y Alejandro también se veía molesto.

Todos se quedaron callados, con una fuerte tensión que apenas dejaba respirar.

Respiré profundo y hablé: —Señor Carlos, supervisor, aunque ya no trabajo aquí, recuerdo bien una regla de la empresa: los intereses de la compañía están por encima de todo, y nadie puede dañarlos por ningún motivo.

Le recordaba a Alejandro que debía asumir por completo su responsabilidad y si quería proteger a alguien, tendría que hacerse cargo.

Si hasta en las antiguas di
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