—¿Tú? —preguntó con asombro.
—Sí, yo. —respondió elevando sus hombros.— Necesito que me ayudes con alguna idea para el baile.
—Pero es que mi vuelo sale en una hora.
—No sé, envíame un vídeo cuando llegues a Madrid o no sé si tienes algún tutorial sencillo con el que puedas ayudarme. Te necesito, Ka.
—Es algo peligroso, Lili. No deberías arriesgarte de esa manera. No sabes lo difícil que es ser expuesta y que alguien quiera comprarte. Además… Enrico Castello es un ser despreciable y perverso.
—No puedo hacer nada, Ka. Ya escuchaste a Estefano, o recuperamos la mercancía o nos eliminan. —suspiró con pesar.— No pienso esperar sentada a qué eso pase.
Karem abrazó a su amiga con fuerza. La Liliana sensible y temerosa que conoció tiempo atrás había desaparecido. ¿O quizás esta otra Liliana habitaba dentro y sólo estaba dormida? Tal vez Enzo sabía perfectamente lo que hacía.
La nueva Liliana comenzaba a despertar…
—¿Quieres que te acompañe al aeropuerto? —preguntó finalmente.