22. Pov Niki
El sonido del televisor llenaba la casa con la voz aguda de un dibujo animado. Anne estaba sentada en su sillita frente a la pantalla, sosteniendo su peluche favorito con las dos manos, concentrada como si ese pequeño mundo de colores fuera lo único que existía. Yo aprovechaba esos minutos para ordenar la mesa del comedor y revisar unas carpetas que había traído del estudio. Había papeles, contratos, notas que debía presentar el lunes. Todo se mezclaba con la mamadera vacía, un babero doblado y un pañal limpio. La representación perfecta de mi vida últimamente: un caos cuidadosamente sostenido.
Suspiré, me serví un café y dejé que el vapor me despejara la mente. Hacía días que no dormía bien, y aunque el susto de la noche anterior parecía haberse calmado, aún sentía un nudo extraño en el pecho. Desde que Dan se había ido a buscar sus cosas, la casa se sentía más silenciosa, y yo, más consciente de cada sombra.
El timbre de la puerta me sacó del trance. Anne giró la cabeza, curiosa, y