12. Pov Niki
El trueno estalló con una violencia que hizo vibrar los ventanales. Anne se removió en mis brazos, asustada, y un segundo después un rayo iluminó todo el frente de la casa. Por un instante vi con claridad la silueta de Dan frente a mí, y luego la oscuridad volvió a engullirlo. El resplandor había caído cerca, muy cerca… demasiado. El olor metálico del ozono entró por la ventana como un recordatorio brutal.
Me tensé.
—Cayó en la esquina —dije, más para mí que para él.
—Sí —confirmó Dan con la voz grave, serena. Esa calma suya me tranquilizó y me irritó al mismo tiempo. ¿Cómo podía estar tan imperturbable mientras yo sentía que el corazón me latía en la garganta?
Anne empezó a llorar, su llanto mezclándose con el estrépito de la tormenta. La apreté contra mí, desesperada por transmitirle seguridad que yo misma no tenía. Dan se acercó, y en esa oscuridad su presencia era tan tangible que sentí el calor de su cuerpo antes de que me hablara.
—Dame a la pequeña.
No dudé. Se la entregué, y