Capítulo 41: La Huida.
El doctor se había ido y el silencio en la habitación de la clínica era pesado y denso. Maya y Elliot permanecieron sentados, sumidos en un mar de terror mudo. Las palabras del médico, «Está embarazada», resonaban en el aire como una sentencia.
—Un bebé —murmuró Elliot, su voz era un hilo. —Un bebé.
Maya se tapó la cara con las manos, su cuerpo temblaba.
—El nieto de tu padre. La mentira... se hizo real.
Una sirena aulló en la distancia. Después, otra más. El sonido se acercaba y, de repente, se escuchó la voz de un reportero en el pasillo.
—¡Noticia de última hora! Acaban de ver a Maya Santos, la mujer de Elliot Vance, entrar en una clínica de Los Ángeles. Se rumorea que la hospitalización se debe a su embarazo.
Elliot se levantó de un salto, con el pánico reflejado de nuevo en su rostro.
—¡La prensa! ¡Nos han encontrado!
—¿Qué hacemos? —preguntó Maya, con los ojos muy abiertos.
Elliot corrió hacia la ventana. Una multitud de periodistas con cámaras, micrófonos y teléfonos esperaba f