Alina cruzó el umbral de la cabaña detrás de Viktor, sintiendo cómo la brisa marina se filtraba a través de la entrada antes de que él cerrara la puerta tras ellos. El interior era amplio y elegante, con un diseño que combinaba la rusticidad de la madera con detalles modernos y lujosos.
A la izquierda, una sala de estar acogedora se extendía con un sofá de cuero oscuro y una mesa de centro de cristal sobre una alfombra de tonos neutros. El aire olía a madera fresca y a la ligera fragancia a sal del mar que se colaba por los ventanales. A la derecha, un kitchenette minimalista se alineaba contra la pared, con encimeras de mármol negro y estanterías abiertas donde reposaban copas de cristal. Al fondo, una puerta semiabierta dejaba entrever la habitación, donde un ventanal panorámico revelaba la silueta de la playa iluminada por la luna.
Alina apenas tuvo tiempo de asimilarlo antes de ver a Viktor despojándose de su chaqueta con un movimiento fluido, arrojándola descuidadamente sobre el