Capítulo 56: Caminos separados
LEONEL ARZÚA

—Hiciste lo que tenías que hacer… Me alegra que como siempre fuiste prudente y escogiste lo mejor para ti, para tu familia y para la empresa —dijo mi abuelo en cuanto llegué.

—Sé que no lo parece, pero… el viaje fue agotador y no me siento de humor.

—Entiendo, las decisiones difíciles siempre conllevan momentos de incertidumbre y pesar. Tomate el tiempo necesario para recuperarte y volver al ruedo, pues hay muchos proyectos en puerta y…

—Pienso hacerme cargo de ese niño —lo interrumpí—. Llevará mi apellido y en cuanto me ponga al corriente con todo aquí, regresaré a Italia para poder cuidar de ella y de mi bebé.

—¡Entiendo! Me alegra que seas tan responsable… Incluso no te juzgaría si desearas quedarte con su custodia, después de todo, una monja no tiene tiempo para cuidar bebés, le harás un favor —contestó como el hombre bonachón y agradable de siempre—. Tómatelo con calma, sabes que yo te apoyo.

Apenas habían pasado un par de horas desde que había aterrizado mi avión y…
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