47.
CHRIS
.
Cuando pronuncian su nombre, siento el impacto físico antes que racional. No es sorpresa. Sabía que este momento iba a llegar. Aun así, mi cuerpo reacciona como si nadie me hubiera advertido.
—Llamamos a declarar a Sophie.
La sala parece inclinarse apenas hacia un costado. Sophie se tensa a mi lado. No la miro de inmediato. Me obligo a quedarme quieto, a no invadir, a no robarle este segundo que le pertenece solo a ella. Luego siento cómo su mano busca la mía por debajo de la mesa, insegura, y entonces sí giro la cabeza.
Nuestros dedos se encuentran.
No digo nada. No hace falta. Aprieto suavemente, lo justo para que sepa que estoy aquí, que no la voy a soltar aunque tenga que hacerlo físicamente dentro de unos segundos.
Ella se levanta.
La observo caminar hacia el estrado con una mezcla de orgullo y culpa que me aprieta el pecho. Sophie siempre fue fuerte, incluso cuando no se sentía así. Pero esta fortaleza no es la de antes. No es inconsciente. No es ingenua. Es una fuerza t