Alfa la matará

Punto de vista de Jason

Estaba de regreso en mi sala de entrenamiento. No podía dejar de pensar en lo que pasó hoy.

Por eso evitar atenderla porque no podía soportar verla, pero el deseo me pudo más.

Sabia que estaba mal, era algo que jamás sucedería, por el simple hecho de ser la compañera del idiota de mi sobrino.

Estaba golpeando los sacos de arena con golpes sólidos.

La adrenalina y la rabia corrieron por mis venas como lava caliente mientras el sudor corría por mi frente. Entrené durante tres horas sin parar.

Estaba furioso con ese cabrón de Caí y su ex novia dormida en coma.

Había oído que Brisa había despertado antes de que Ara viniera, lo que no podía tolerar era como ese cabrón de Caí, había osado prohibir llamarla luna a todas por esa mujer.

Le di otro golpe sólido al saco de arena, haciendo que las cadenas que lo sostenían vibraran mucho.

Ara... 

Todavía no puedo dejar de pensar en ella. Ella es hermosa, es un ángel, es cálida como su nombre, pero no es mía y  mi estúpido sobrino no la aprecia. Él no la merecía.

Sus grandes ojos esmeralda quedaron grabados en mi mente. Esas suaves sonrisas qué les pasa a los miembros de la manada. Muy educada e inocente.

El deseo, los celos y el dolor llenaron mi corazón.

'Eres un cobarde', siseó fríamente mi lobo Dash. "Esa es la primera chica que has amado en tus 300 años de vida, y mírate ahora". Dash estaba enojado, era obvio porque yo también estoy furioso.

A mí mismo. Al destino que jugaba cruelmente con mi corazón.

¿Por qué ella de todas las lobas? ¿Por qué tenía que ser ella específicamente la pareja de Caí?

Parecía que a la diosa luna le gustaba verme sufrir.

—No puedo arrebatársela a su pareja. Ella está feliz con él y me odiaría si hago eso —rechiné y de hecho, era lo único que quería hacer.

'Hicimos todo lo posible para que sé quedara en la manada hace años y quedarnos a su lado, pero aún te estás escondiendo', siseó Dash. 'Te negaste a ser un Alfa y se la cediste a ese idiota de tu sobrino el puesto, solo por hecho de que el resulto ser su pareja, ¿lo único que quieres es ser su médico? ¿Un don nadie en su vida? Tonto humano´, Dash rió furiosamente. 

Por una razón que desconocía a mi lobo le encantaba estar cerca de Ara.

Muchas veces tuve que bloquearlo para que no fuera como un morboso a acosar a Ara por las noches en la casa de la manada.

Me sequé el sudor con la toalla, entré al baño y me paré bajo la ducha mientras el agua caía en cascada por mi cuerpo relajando mis músculos tensos.

Cuando mi hermano fue asesinado junto a su pareja por picaros de camino a su manada.

Mi padre Alfa de la manada Diamante del sur, me pidió que viniera a esta manada y me hiciera cargó y aunque aún principio me negué, vine.

Caí aun era un cachorro que no cumplía los 18, así que tenia que entrenarlo para que fuera el sucesor después de mí, cuando yo fuera anciano; sin embargo, todo cambió por ella.

Sólo quería estar cerca de ella. Ofrecerle lo mejor, esa fue la razón principal por la que entregue la manada a Cai. 

No importaba si me mata cada vez verla con Caí, pero solo quería que ella fuera feliz.

—Ella es demasiado buena, incluso para un hombre como yo —le respondí a mi lobo, quien después de eso me ignoró.

Después de ducharme, me cambié de ropa y salí de mi casa.

Tenía una sensación de inquietud en el pecho.

Mis pies caminaron solos hacia la casa de empaque, miré a su ventana como de costumbre mi lobo me arrastraba a hacerlo.

Las lámparas estaban apagadas, debería estar profundamente dormida, siempre se acostaba temprano. Pero todavía estaba muy preocupado por ella.

Una vez que entré a la empacadora, la sensación se hizo más fuerte y, mientras tanto, escuché un alboroto en el piso de arriba y escuché su nombre y muchas voces suplicando.

Un hombre bajó corriendo las escaleras, sus ojos estaban enloquecidos mientras me miraba con lágrimas.

—P... por favor salva a nuestra Luna. Alfa la matará-

No le dejé completar sus palabras mientras subía corriendo las escaleras e irrumpía en la habitación.

Mis ojos se abrieron con horror cuando la encontré sentada en su charco de sangre, su ropa estaba rasgada y tenía cortes profundos y dolorosos en su brazo y hombro.

Observé con terror helado cómo mi sobrino apretaba sus heridas para sacar más sangre mientras murmuraba ´Brisa, te salvaré, no me dejes solo´.

Dejé escapar un gruñido. —¡CAI, SUELTALA AHORA!

Mi voz retumbaba con malicia. Aparté al cabrón de Ara y por primera vez lo golpeó brutalmente mientras lo derribaban durante unos segundos.

Tomé a Ara en mis brazos.

Estaba tan débil y pálida que ni siquiera estaba seguro de si todavía estaba viva.

No puedo evitar temblar de furia y ansiedad. Nunca había sentido tanto miedo como ahora y me estaba arrepintiendo de mis decisiones. 

—Ara, quédate conmigo —le dije y sus ojos se pusieron caídos.

La estaba perdiendo.

Vi a los miembros de la manada en el pasillo y les dije que pusieran a Ara sobre mi espalda de manera segura mientras yo cambiaba a mi forma de lobo.

Corrí al hospital. '¡Dash, más rápido!' Rugí mientras Dash soltaba un cruel rugido llenó de ira y miedo y yo corría más rápido.

Podía sentir sus dedos agarrando mi pelaje negro con sus apretados puños ensangrentados.

Tuve cuidado de mantenerme firme para evitar que ella sufriera daño. Apreté los dientes sintiendo una furia tan salvaje que me consumía.

Estuve allí en el hospital de la manada en minutos.

Las enfermeras la llevaron a la UCI mientras yo cambiaba.

Un enfermero me entregó una sábana blanca que envolví alrededor de mi torso y corrí a la UCI mientras la trataba.

Gracias a Dios, la arrebaté de entre los muertos, pero no pude quedarme con su bebé. Me sentí como un perdedor por no poder salvar a su bebé.

Debe sentirse triste cuando se despierta. Pero además de eso, descubrí que su salud es peor de lo que imaginaba.

Estaba tan enojado que había confiado en el «vínculo de pareja» de Caí para siempre si no hubiera visto las cicatrices en su brazo o la actitud de Caí después de que Brisa se despertara.

Aunque es un hombre inútil, que ni siquiera puede manejar su manada sin Ara, él sí trató bien a Ara, o mejor dicho, pretendió tratarla bien, por eso no molesté a Ara, pensé que era suficiente para mí ver a ella vivir una vida feliz, aunque yo no soy nadie en su vida.

Pero nunca pensé que se atrevería a abusar de ella.

Hoy lo vi con mis propios ojos.

Estaba jodidamente preocupado por sus cicatrices hoy y quise preguntar que las causaba porque ella nunca lo habría dicho, pero después de hoy no le entregaré a esta chica inocente a ese maldito monstruo psicótico.

No podía sacar de mi cabeza la vista de su forma ensangrentada y esas heridas.

¿Por qué Caí le estaba dando su sangre a Brisa? ¿Había algo que yo no sabía?

La enfermera entró y me dijo que Caí y Brisa habían llegado, acurruqué suavemente a Ara y le toqué la mejilla suavemente. Tenía mucho frío.

—Te juro que les haré pagar, Ara —le prometí. 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo