69.
Alba
Gabrielle sonrió cuando terminó de arreglarme. Si bien al principio no le había parecido una buena idea que me presentara en esa fiesta después de todo lo ocurrido, ahora parecía tan emocionada como José, quien me estaba ayudando con algunos detalles sociales.
—Te ves espectacular. No me sorprendería que le cambies la orientación a Tristan cuando te vea.
Volteé a ver a José, que se reía.
—Mientras sea Alba, acepto —dijo contento—. Se ve hermosa.
—¿En serio? —pregunté nerviosa—. ¿No es un poco exagerado?
—No, claro que no —dijeron los dos al unísono.
—Bueno, confiaré en ustedes. Espero que no hayan errado con mi colorimetría, porque si no, los ahorco.
—No, el plateado te queda increíble —me aseguró Gabi—. José tiene buen gusto.
—Yo también elegí el vestido —mascullé.
—Pero lo habrías dejado si no lo hubiera pagado —me recordó José, poniendo los ojos en blanco.
Solté un suspiro, tratando de calmar los nervios. La hora de irme a la fiesta se acercaba, lo que significaba que volvería