Capítulo 48
Demonio Lobo
Amelia se encontraba en su despacho enterrada en un montón de documentos por revisar, mientras sostenía con ambas manos una enorme taza de café, como si esta pudiera proporcionarle un ancla en medio del caos. Las tenues luces de las lámparas proyectaban sombras alargadas en las paredes, pero sus ojos estaban fijos en un punto inexistente, hundida en el laberinto de sus pensamientos. Se preguntaba cómo podía siquiera pensar en Deimos y en las palabras que le había dicho. " Desde que volviste, he esperado que me vieras. No como tu mano derecha, ni como alguien que simplemente sigue tus órdenes, sino como alguien que quiere estar a tu lado, en todo." Cuando las vidas de su hija y su pueblo pendían de un hilo tan frágil.
En ese momento un golpe suave en la puerta interrumpió sus pensamientos. Amelia no respondió de inmediato, pero la puerta se entreabrió, revelando la figura alta e imponente de Deimos, aún vestido con su uniforme de combate estratégico desgastado p