Una Carga I
Sintió el balanceo de su cuerpo y el sonido metálico de las cadenas chocando entre sí.
Abrió los ojos con esfuerzo. Todo lo que alcanzó a distinguir fue un paisaje difuso: copas nevadas, luz que filtraba entre los árboles y el aire blanco del amanecer. El frío le mordía la cara, pero la sensación más desconcertante era otra: algo la sujetaba por la cintura.
Parpadeó hasta que sus ojos lograron enfocarse. Era el lobo.
Sus fauces la sostenían por la tela del vestido, arrastrándola con una fuerza casi cuidadosa, pero firme.
-Suéltame... -Intentó decir, pero la voz salió como un hilo de aire quebrado.
Ashven no reaccionó. Siguió avanzando, dejando una huella profunda en la nieve con cada paso.
Ana forcejeó débilmente; sus manos intentaron alcanzar la cabeza del animal, pero el movimiento brusco solo le arrancó un gemido. Sentía el cuerpo entumecido, los músculos adoloridos.
El vaivén del movimiento la mareaba.
-Ugh, espera un poco. -Dijo al sentir las náuseas crecer en l