Capítulo 9 – El beso envenenado.
POV: Camila
Compartir habitación con Carlos se había convertido en una condena diaria. Desde que su madre llegó a Palacio, él encontró la excusa perfecta para instalarse en mi cuarto como si le perteneciera. No parecía tener intención de irse. Ordenó que movieran todas sus cosas: trajes, relojes, documentos. Hasta su cepillo de dientes terminó al lado del mío.
La primera noche pensé que sería temporal. Pero pasaban los días, y cada objeto suyo invadía un poco más mi espacio, como si intentara borrar mi existencia para fundirme con la suya.
Ya no viajaba como antes. Si antes vivía de un avión en otro, ahora parecía obsesionado con acompañarme a todos lados: reuniones, visitas a fundaciones, hasta recorridos por hospitales. Su sombra se pegaba a la mía como una mancha de aceite.
Y por las noches… por las noches inventaba un truco tan infantil como irritante: el famoso “olvidé la toalla”. Salía del baño desnudo, gotas de agua resbalando por su piel, músculos tensos, el cabello mojado cay