Capítulo 53.
POV: Carlos
Dejé a Camila dormida. No fue fácil. Estaba demasiado alterada, los recuerdos de su pasado, ese mensaje que la llamó “Alexandra”, la habían quebrado por dentro. Tuve que llamar al médico para que le administrara un sedante seguro, uno que no afectara a los bebés. Solo entonces, cuando la vi respirar tranquila, cuando sus manos dejaron de temblar, me permití salir de la habitación.
Pero yo no descansaba. Tenía la mente en guerra.
No era la primera vez que veía a mi esposa resistir el dolor, pero ahora era distinto: había una vida dentro de ella, dos vidas. Si su corazón se alteraba, si su cuerpo se debilitaba, no solo la perdería a ella, perdería todo.
Bajé a mi despacho, la luz tenue alumbraba los papeles apilados y las pantallas encendidas. Ya estaban ahí León, Santiago y Martín. Los tres tenían caras de cansancio, pero nadie se atrevía a hablar hasta que yo lo hiciera.
—Gracias por venir —dije, cerrando la puerta detrás de mí—. Camila me lo contó todo. Sé que León ha est