Helen no sabía que tiempo estuvo tirada en el piso llorando, minutos, horas, no sabia, solo veia una y otra vez la imagen de Dante saliendo por la puerta del cuarto con todo y maletin en mano. Era un dolor indescriptíble el que estaba sintiendo, sabia que amaba a Dante pero nunca se imaginó que ese amor era tan fuerte.

Mientras tanto, a escasos kilómetros de ahí, Dante entraba a casa de su amigo Ashton, tenía todas las contraseñas de la casa y un cuarto 24/7 a su dispocición. Entró por la cocina, no quería molestar a nadie y ahí se quedó sentado, dolía, dolía demasiado, más de lo que se habia imaginado, más que su mano que estaba inchada y ensangrentada.

-¡Carajo Dante! me vas a matar de un susto-le dijo Ashton que entraba en ese momento a la cocina-que haces a esta hora aquí por cierto.

-Me fuí de mi casa-respondió mirando su trago-se acabó, se acabó todo entre Helen y yo.

Ashton se acercó y se sentó frente a él en la isla de la cocina.

-¿Qué pasó?

-Va a regresar con su ex-se dió un