POV Lía
No supe qué sucedió después de que todo se puso negro a mi alrededor, cuando abrí los ojos, no sentí cuanto tiempo había pasado, la cabeza me dolía horrible, sobre todo mi frente del lado derecho, me di cuenta de que estaba acostada en un sillón de la habitación, en ese momento un hombre de ata blanca se inclinó sobre mí.
Supuse por su apariencia que era el médico del hotel, tomó mi muñeca para tomarme el pulso, luego me tocó la frente con el dorso de la mano para comprobar la temperatura, volteé hacia un lado, ahí estaba parado Mikkel, observando, con el rostro pálido, intenté moverme un poco, incorporarme, pero el médico me puso la mano suave en el hombro y negó con la cabeza.
—No se mueva, señora —dijo en un tono suave— respire profundo.
Me tomó la presión y luego escuchó mi corazón con el estetoscopio, después limpió la herida en mi frente y me puso bandita, Mikkel se acercó y tomó mi mano.
—Mi amor, lo siento tanto, intenté agarrarte, pero no llegué a tiempo, te golpeaste