Oliver rápidamente quitó las sábanas de la cama. Afortunadamente no se había manchado el colchón y las llevó a la lavadora para dejarlas en remojo. También se cambió de pantaloneta.
Al volver a la habitación, colocó sabanas nuevas antes de que Lía saliera del baño.
Escuchó que vomitaba. ¿Le habría caído mal la cena? Es que comió muchas cosas…
—¿Estás bien? —le preguntó desde la habitación.
Por momentos quería acercarse, pero se recordaba que no era buena idea.
Esperó sentado en un bordillo de la piecera mientras su pierna derecha temblaba del estrés.
Pobre chica, su menstruación la estaba matando… ¿debía soportar eso todos los meses?
Cuando no pudo más con la preocupación, se acercó al baño. L&ia