El pasado tiene sombras que se dilatan entre las grietas, silenciosas y contundentes.
Lía y Julieta no lo vieron venir, estaban atrapadas en una burbuja en aquel pequeño apartamento.
Después de almorzar volvieron a la oficina para seguir trabajando, pero entre ellas comenzó a emanar una conversación animosa y amena.
—En la sociedad está ese prototipo de que si eres una chica rubia —decía Julieta mientras aplicaba color a una viñeta— y eres modelo, te catalogan como una chica tonta. Además, si provienes de una familia adinerada y con apellido importante, ya dan por echo que todo lo has conseguido por tus privilegios.
Lía la escuchaba mientras mantenía su vista en el dibujo que hacía.
—Yo nunca imaginé que terminaría siendo una modelo —confesó Julieta—, desde niña tuve mi nariz pegada a un libro, y mi pap