Cap. 92 Lo que está pasando
Augusto alzó la mirada hacia ella, su conciencia volviendo en oleadas. El miedo y la confusión daban paso a la vergüenza y al horror al comprender, a medias, en qué situación lo habían encontrado.
—Isabella... —tartamudeó.
—Ella... el vino...
—Lo sé —lo interrumpió ella, su voz no era suave, pero tampoco acusadora. Era factual. Había escuchado la grabación, había visto la escena. Sabía la verdad.
—Calla. Concéntrate en estar presente. Lo peor viene ahora.
Se refería a la prensa. A la narrativa que Celeste había intentado forjar y que ellos tendrían que torcer o enfrentar de frente.
Pero en ese instante, en el baño, solo estaban ellos dos: la reina y su soldado caído, preparándose para la siguiente salva, unidos no por el amor de antes, sino por la feroz necesidad de sobrevivir al caos que la traición de él había ayudado a desatar.
El momento que Isabella había anticipado y, en el fondo, quizás hasta deseado, llegó con estruendo. Golpes frenéticos y desesperados sacudieron la puerta d