Cap. 90 ¡No! ¡Cállate!
Sin esperar respuesta, Isabella salió disparada hacia su auto. Lucius, procesando a toda velocidad la información ("padre... deshonrado... Celeste... drogado"), no dudó. Corrió detrás de ella, alcanzándola justo cuando ella arrancaba el motor de su potente sedan.
—¿Dónde? —preguntó Lucius, abrochándose el cinturón con un gesto brusco.
—El hotel Dorchester —espetó Isabella, pisando el acelerador. El vehículo salió de la mansión como un proyectil, llevando a la madre y al hijo hacia lo que prometía ser un enfrentamiento explosivo.
El destino: el lujoso hotel donde Augusto, posiblemente aturdido y vulnerable, estaba a punto de convertirse en el protagonista del escándalo más ruin que Celeste pudiera orquestar. Isabella no iba a detener el escándalo. Iba a redirigirlo, con toda la fuerza de su ira y la astucia de su experiencia, directamente al corazón de la serpiente.
El Dorchester estaba sumido en su habitual aura de lujo discreto y murmullos sofisticados. Todo eso se hizo añicos cuand