Cap. 56 Mamá... ¿es en serio?
El golpe fue directo al estómago. Lucius parpadeó, incapaz de procesarlo. Tres años. Todo el tiempo que Alba había estado "muerta".
—Y si quieres saber la verdad —continuó Isabella, su voz adoptando un tono venenoso y dulce a la vez—, ¿por qué no te sientas y hablas con tu amorcito Celeste, y le preguntas la razón?
Miró a su hijo por un segundo, con una mezcla de lástima y desprecio, antes de desviar la mirada con un cansancio que parecía de siglos.
—Estoy cansada. Quiero darme un baño. ¿Cuál va a ser mi habitación? —preguntó, con la misma naturalidad con la que alguien pide la hora, después de haber arrojado semejante bomba nuclear sobre los cimientos de la realidad de Lucius.
Lucius sintió que el piso de mármol se movía bajo sus pies. Dio un tambaleo casi imperceptible y trató de enderezarse, de recuperar el control de su cuerpo y de la situación.
—Mamá... ¿es en serio?
Isabella se hizo a un lado con un gesto de impaciencia.
—Hablaremos esto más tarde. Ahora quiero ponerme cómoda —d