Mercedes es una niña nacida a principios de la segunda guerra mundial. en 1939, en Caracas Venezuela. hija de Don Elías y de una mujer desconocida quien prontamente dejará ver su verdadera y nefasta esencia. Don Elías, un hombre apuesto, elegante, de piel trigueña, ojos grandes y achinados, de muy buena estatura pero sobre todo con unos modales y educación excepcionales que donde quiera que llegaba marcaba su presencia no solo por su buen físico sino por su su personalidad intachable. Este es esposo de Eva, una hermosa mujer blanca, de buenas costumbres, muy católica, refinada, siempre muy distinguida por su impecable porte, acostumbraba llevar prendas de oro que aunque muy delicadas permitían dejar en claro su buena posición económica. vivían en una casa aunque pequeña si se quiere, muy bonita eso sí, donde vivían hace muchos años atrás en perfecta armonía junto a Carlota, la hermana de Elías. Sin saber lo que les esperaba de pronto un día la vida les da un giro inesperado donde nunca más vuelven a ser los mismos. Mercedes quien a pesar de todo lo que le tocará vivir desde su nacimiento, le tocará crecer y forjarse su carácter guerrero, siempre adelante a pesar de cualquier situación y con el transcurrir de los años se verá envuelta en situaciones que la harán vivir un torbellino de emociones, rodeada de grandes personalidades en donde encontrará el amor de su vida sin imaginar que eso solo sería el comienzo de una larga historia que desencadenaría sucesos que marcarán su vida para siempre.
Ler maisEl 3 de Abril de 1.939 en Caracas, Venezuela nace Mercedes, una inocente criatura, hija de Don Elías y de alguna mujer cuyo nombre aún es un misterio, al igual que no se sabe mayores datos ni detalles de su vida, solamente se sabe que algún tiempo atrás tuvo un romance con un hombre de contextura delgada, de piel trigueña, pero muy elegante y caballeroso, que a pesar de sus principios y muy buenos modales, se había permitido echar una “cana al aire” con esta mujer de procedencia dudosa, engañando así a su esposa, Eva. Una mujer blanca, muy religiosa, católica, perfectamente elegante, siempre con prendas de oro dejando ver su buena posición económica, pero siempre con el mejor estilo, muy delicada y sin extravagancias. Demostrando en todo momento ser toda una dama. Pero cómo ya se vuelve un infortunio casi normal en la sociedad donde los hombres no valoran lo bueno de sus esposas que tienen en casa y luego terminan traicionándola con alguna mujer de bajos principios de la calle.
De esta relación extramarital si es que así se le puede llamar, de manera clandestina donde muy seguramente no superaron más de tres encuentros ya que nadie nunca supo dar referencia de esa mujer desconocida, nace Mercedes. Pero una vez que nace Mercedes, en tan sólo cuestión de horas más tarde, esa extraña e irresponsable mujer, se deja llevar por los celos y los malos sentimientos que sólo en un ser tan despiadado y frívolo puede haber, sale con la niña en brazos en búsqueda de Don Elías hasta dar con él con y le dice.
–Si tú no te haces cargo de esta criatura que está naciendo, la dejaré abandonada a su suerte en los rieles del tren, ya que yo no la quiero, ni me importa, así como yo te importe, ahora a mí no importa esa criatura…. Lo dice cómo si se estuviese refiriendo a un zapato viejo y desgastado que nadie quiere…. Dejando ver lo mala y de mente trastornada que era. Sin dudar por un segundo Don Elías se la arrebata de sus brazos diciendo.
–Mujer… tu sabias muy bien que yo tengo mi vida, lo nuestro sólo fue cuestiones de trago, me deje llevar por un momento y ya, tú no podías esperar más de mí y estabas consciente de eso. Que te quede claro algo, así cómio te deshaces de esta criatura inocente sin importarte nada, así mismo quiero que desaparezcas de nuestras vidas, en mala hora te conocí y me arrepiento mil veces el haberme enredado con una mujer de tan mala calaña.
Luego sale corriendo Don Elías en búsqueda de un taxi llegando así en fracciones de minutos a su casa para hablar con su esposa con la bebé en los brazos, pues ella era la única que podría ayudarlo a pesar de la infidelidad que él le había hecho, aún sin ella saberlo, no se imaginaba lo que este hombre le confesaría.
Llegando Don Elías a su casa de prisa, con la bebé en los brazos, se encuentra con su esposa Eva, quien se encontraba en su mecedora verde cómo cada tarde cociendo algunas prendas rotas de su esposo, cuando Don Elías dice.
–Eva, tenemos que conversar muy seriamente. Respondiendo ella.
–¿Que sucede Elías? Se levanta ella de su mecedora y pregunta,
– ¿Quién es esa hermosa bebé tan pequeña por Dios? Pero… ¿Por qué está harapienta y así toda sucia?… ¡Dios santo ¡está recién nacida. ¿Y qué haces tú con ella en brazos? Habla ya… no entiendo nada. ¿Qué sucede? Exclama ella totalmente sorprendida por ese escenario que veía, totalmente desconcertada llena de dudas.
Respondiendo Don Elías con el alma destrozada y temeroso sin saber qué sucedería
–Está criatura que ves en mis brazos, es producto de mi infidelidad, sólo fue un par de veces con una mujer que ya no importa, pues quedó sepultada en mi memoria a partir de este momento… A lo que Eva respondió
– ¿Qué cosas dices? ¿Cómo pudiste hacerme eso a mí? Yo… que he sido una dama intachable que nadie tiene nada que decir de mí y te he entregado mi vida. ¿Por qué me fallaste de esta manera? Respondiendo Don Elías
– Ella no quiere a está bebé que es inocente de todo y necesito saber si me perdonas y si puedo contar contigo para criarla ya que es mi hija, y no la pienso dejar a su suerte.
–Pero… ¿cómo te atreves a decirme todo eso y encima me pides que te ayude a criar el producto de tu infidelidad? O te parece demasiado descaro, ponte por un momento en mi mugar. ¿Qué harías tú? Dijo Eva. A lo que él responde
–Te entiendo perfectamente, aunque no lo creas. Y te pido perdón nuevamente. Yo te amo y tú eres la mujer de mi vida, jamás te había traicionado, siempre te he respetado en todo momento, aun no comprendo cómo pude dejarme llevar por momentos de tragos sin medir las consecuencias. Y ahora mírame mujer, estoy aquí al frente de ti, arrepentido de este error y de causarte tanto daño, pero ahora tengo a esta bebé y debo asumir mi responsabilidad
–¿Y de verdad tú crees que las cosas se solucionan así de fácil? con unas disculpas, después que te has burlado de mí y yo aquí como la esposa fiel y respetable mientras tu hacías quien sabe Dios que cosa, por allí con cualquier mujerzuela grito Eva con gran enfado, con su rostro ruborizado por la emoción y bañada en lágrimas. Luego Don Elías se acerca a ella y dice
– De verdad nunca imagine ser el causante de este dolor tan grande que hoy te estoy ocasionando, tú eres el amor de mi vida y lo último que quisiera es hacerte daño. En ese instante él se acerca a ella abrazándola fuertemente quedando la bebé entre sus brazos y comienza a llorar él también con el corazón roto al ver todo el dolor que le ha causado a su esposa intachable. Pero luego ella lo esquiva dando la vuelta sentándose en el sofá llorando desconsoladamente, respondiéndole
–Pero es que tú no entiendes…. No ves que ya nada nunca volverá a ser igual. Después de una traición nunca se podrá recuperar la confianza y mucho menos, si de esa infidelidad quedó un fruto, ese ser que no tiene culpa de nada. ¿Por qué no te cuidaste, acaso no era más sencillo? grito con todo su enfado. A lo que dice Don Elías.
– Sabes… esas son cosas que pasan, sé que no es justificación, pero tampoco voy a solventar nada con esta discusión absurda, tenemos que pensar con cabeza fría y necesito resolver rápido esta situación con mi hija. En eso Eva se levanta del sofá y le dice con frialdad y determinación mirándolo fijamente a la cara.
–¿Y qué esperas tú de mí? ¿Qué quieres que haga? Ahora si me vienes a buscar y ¿por qué no lo pensaste antes?
–Te juro que te entiendo Eva, pero de no aceptarla y no perdonarme pues tendré que marcharme con ella ya que no pienso hacer lo mismo que la loca trastornada que la trajo al mundo. Respondió Don Elías
Eva, confundida, con miles de dudas, cae llorando desconsolada nuevamente al mecedor, con sus manos en los el rostro, totalmente destruida ante la verdad que su esposo le confesaba hace un instante. Don Elías continúa diciendo.
–Mi amor, tú sabes cuánto te amo, eres mi esposa y siempre lo serás, te pido con el corazón en la mano y el alma destruida que me perdones, jamás te había dado motivos de tristezas y nunca te había traicionado, eso fue un momento de tragos. Y pues no medimos las consecuencias de nuestros actos, y aquí está el resultado. Pero, ahora bien, necesito saber si me perdonas y si podemos contar contigo, ahora seremos una familia, la criaremos cómo si fuese nuestra, ya que aún no teníamos hijos. Ahora seremos tres, piénsalo amor ¿sí?
Eva, confundida, con miles de dudas, cae llorando desconsolada nuevamente al mecedor, con sus manos en los el rostro, totalmente destruida ante la verdad que su esposo le confesaba hace un instante.
Respondiendo Eva…
–En algo si tienes razón, está criatura inocente no tiene la culpa de nada, y yo no voy a arrastrar ese pecado de cerrarle las puertas a alguien que no pidió venir a este mundo retorcido, lleno de mentiras y engaños.
En ese momento Don Elías se arrodilla ante Eva con la bebé en los brazos diciendo…
–Eva mi amor tú eres un ángel, yo sabía que podría contar contigo. Te juro que no te volveré a engañar nunca más y que todo será diferente a partir de ahora.
-Si claro, para ti es muy sencillo decir todo eso, después de lo que hiciste, ¿pero ahora donde queda la confianza? ¿Cómo puedo yo volver a creer en ti después de lo que me has hecho? Cambiaste toda mi vida en un segundo, tan sólo por dejarte llevar por tus instintos carnales sin pensar en las consecuencias de tus actos y de todo el dolor que causarías.
–Bien sabes que, si no tenemos hijos, ha sido porque no soy fértil, más no porque no quiera porque tu muy bien sabes que hemos hecho todo para tener a nuestro bebé y ahora me llegas con una bebé en los brazos que tuviste con otra mujer de repente, diciendo Eva aun toda desconcertada
– Dice Don Elías… Lo sé amor, eso no hace falta aclararlo ni repetirlo, Solo te digo que por algo ocurren las cosas y si esta niña ha llegado a nuestras vidas ha sido por algo.
Capítulo XCILuego de que ya todos los hermanos habían hecho sus vidas decidieron hacer un reencuentro familiar. Todo empezó porque Soledad se encontró con Martin y le comentó que tenían mucho tiempo sin verse y que los extrañaba a todos. Y mientras hablablan se les ocurrió hacer un reencuentro familiar. Diciembre ya había llegado y la cena del 24 era en apenas unos días así que planearon. - Tengo mucho tiempo sin ver a los muchachos, Martin. Me hacen mucha falta. Siempre me acuerdo de ellos y de las cosas buenas que solíamos hacer juntos – dice Soledad en un tono de voz afligido. - Te entiendo, Sol. – responde Martin mientras mira con cariño a su hermana mayor – Yo también los he extrañado a todos. - Y ya vienen las fechas especiales. - ¡Es cierto! – dice Martin emocionado. – El 24 es en unos días. Podemos ponernos de acuerdo para que hagamos la cena familiar todos juntos. Sería una maravilla después de tantos años. - ¿Tu crees que se pueda? – pregunto Soledad, entre emocionada
Capítulo XCAsí como José continúo con su vida, así mismo lo hicieron los demás hermanos. En este caso, Soledad, la hembra mayor de los 5 hermanos. Ella decidió dedicarle su vida a Dios luego de haber pasado por tantos problemas. Ella quedó con heridas emocionales, las cuales la hacen sentir mal a veces, se suele sentir deprimida o triste en algunas situaciones de si vida. A veces hasta sin un motivo aparente. Sin embargo, a pasar de como se sienta por dentro, lo triste que este o lo mucho que solo quiera estar acostada en su cama, comiendo chocolates y viendo películas hasta dormir, sale a la calle con una sonrisa enorme que se le contagia a quienes la conocen. Ella creció siendo un sol, como las primeras tres letras de su nombre.Aunque era una de las más inteligentes desde chiquita no pudo culminar una carrera universitaria, sin embargo siempre busco la manera de superarse. Ella aprendió a coser al igual que su madre, y trabajaba con eso, también solia vender cosas y eso la ayu
Capítulo LXXXIXAl pasar de los años y para poder mantener a sus 4 hijos Mercedes tuvo que iniciar en el mundo de la costura; ella realizaba confecciones, arreglaba uniformes y muchas cosas más. Además de eso también transcribia textos y tareas. Mercedes buscaba la manera de poder cuidar de sus hijos pero no se daba cuenta que con tantos problemas y esfuerzos su salud estaba empeorando poco a poco.Un día su hijo Eduardo se lo dijo:-Mamá, tienes que descansar, trabajas y trabajas, eso no te hace nada bien. Pasas noches sin dormir, bebiendo, sin comer. Necesitas tratar de llevar una vida más sana. -Si hijo, ya lo sé, me siento muy cansada. Pero ¿Cómo hago? Si soy yo la que tiene que cuidar de ustedes. Ustedes no eligieron nacer, yo los traje al mundo y es está mi responsabilidad. – dijo Mercedes -Mamá pero también está mi papá, ese hombre solo te da mala vida. Sal de él. – Dijo Eduardo con desesperación al ver que su mamá no parecía cambiar de idea -Tu papá ha sido mi com
Capítulo LXXXVIIIUna vez ,que ya se instalan en el.interior de la ciudad todo comienza nuevamente a cambiar, era un ciclo, donde hacía falta renovación, porbdejarse llevar por las apatias, .monotonía, falta de interés sobre todo por parte de Carlos. Pero ya habían dado un paso avanzado en pro de la relaciónDe pronto llega un día cualquiera y Mercedes siente que tocan puerta de manera grotesca y de muy mal gusto. En eso ella se aproxima ya predispuesta y allí se da cuenta que som dos personas totalmente desconocidas para ella, y sin mediar palabras ni hacer ninguna previa presentación lo primero que hacen es preguntar–¿ En donde está mi hija? – si mi hija no aparece ya los voy a denunciar de secuestro.Grita una mujer robusta en la puerta mientras la golpeaba con sus manos dando fuertes palmadas.– abran la puerta ya , porqué si no llamo a la policía. Quiero ver a mi niña.– Señora le agradezco y a mi casa no me venga a molestar o quién va a llamar a la policía voy a ser yo.– y
Capitulo LXXXI ILuego de algunos meses, ya Mercedes da a luz a quien sería su última hija, quien llevaría por nombre Carlota, tal y como su madrina Carlota, era elwjor homenaje que Mercedes le.podia hacer a su madrina, que una de sus hijas llevase su nombre.Ya con el.ultimo hijo, Mercedes se sentía más deteriorada físicamente, efectivamente su madre tenía Ya su cuerpo estaba muy maltratado y por su fuese poco la.mala vida que le daba Carlos no era nada normal,.Esta pequeña criatura apenas logro pesar 2,200.gramos. Era muy baja de peso y nació 8 mesina. Por la misma mala situación. Carlos seguía andando en romances entre una y otra Mujer por allí que se le atravesará, solo que sin dejar mayores rastros ni evidencias, pero siempre los rumores llegaban a oídos de Mercedes.La verdad es que su tiempo de felicidad ya ha la pasado hace mucho tiempo atrás, lo único que le daba fuerAs para seguir adelante eran sus 5 hijos. Ya se había perdido el respeto y la poca confianza que hubo en al
Capítulo LXXXIAl día siguiente Eva, se levanta, le hace el desayuno a José y lo deja tapadito para cuando él se levante y sale a la casa de Mercedes, sentía la imperiosa necesidad de hablar con ella. No podía ser que sus nietos estuviesen pasando por esa situación.Luego de un rato, llega a casa de Mercedes y esta sale para recibirla, abriendo la puerta, al entrar le dice. – mamá ¿Cómo estás? Gracias por venir. Pero... Y donde está José?– no Mercedes, él no vino ni vendrá por un buen tiempo. Necesita recuperarse – ¿recuperarse? – si Mercedes. Tú y yo necesitamos hablar. – ¿Qué pasa mamá? Aparte de que se va de la academia, no llega a la casa, y ahora me pone mal con usted. Seguro andaba quejándose y victimizándose.– Mercedes no hables así. Las cosas son como son y no puedes seguir tapando el sol con un dedo.– no es eso mamá, de que yo quiera tapar el sol con un dedo, pero está muy mal hecho que él te haya ido a mortificar a ti con las cosas de aquí.– ya tú no estás para eso,
Último capítulo