Cuando Un Hombre Ama
Cuando Un Hombre Ama
Por: Carlota Pereira
EI nacimiento

El 3 de Abril de 1.939 en Caracas, Venezuela nace Mercedes, una inocente criatura, hija de Don Elías y de alguna mujer cuyo nombre aún es un misterio, al igual que no se sabe mayores datos ni detalles de su vida, solamente se sabe que algún tiempo atrás tuvo un romance con un hombre de contextura delgada, de piel trigueña, pero muy elegante y caballeroso, que a pesar de sus principios y muy buenos modales, se había permitido echar una “cana al aire” con esta mujer de procedencia dudosa, engañando así a su esposa, Eva. Una mujer blanca, muy religiosa, católica, perfectamente elegante, siempre con prendas de oro dejando ver su buena posición económica, pero siempre con el mejor estilo, muy delicada y sin extravagancias. Demostrando en todo momento ser toda una dama. Pero cómo ya se vuelve un infortunio casi normal en la sociedad donde los hombres no valoran lo bueno de sus esposas que tienen en casa y luego terminan traicionándola con alguna mujer de bajos principios de la calle.

De esta relación extramarital si es que así se le puede llamar, de manera clandestina donde muy seguramente no superaron más de tres encuentros ya que nadie nunca supo dar referencia de esa mujer desconocida, nace Mercedes. Pero una vez que nace Mercedes, en tan sólo cuestión de horas más tarde, esa extraña e irresponsable mujer, se deja llevar por los celos y los malos sentimientos que sólo en un ser tan despiadado y frívolo puede haber, sale con la niña en brazos en búsqueda de Don Elías hasta dar con él con y le dice.

–Si tú no te haces cargo de esta criatura que está naciendo, la dejaré abandonada a su suerte en los rieles del tren, ya que yo no la quiero, ni me importa, así como yo te importe, ahora a mí no importa esa criatura…. Lo dice cómo si se estuviese refiriendo a un zapato viejo y desgastado que nadie quiere…. Dejando ver lo mala y de mente trastornada que era.  Sin dudar por un segundo Don Elías se la arrebata de sus brazos diciendo.

–Mujer… tu sabias muy bien que yo tengo mi vida, lo nuestro sólo fue cuestiones de trago, me deje llevar por un momento y ya, tú no podías esperar más de mí y estabas consciente de eso. Que te quede claro algo, así cómio te deshaces de esta criatura inocente sin importarte nada, así mismo quiero que desaparezcas de nuestras vidas, en mala hora te conocí y me arrepiento mil veces el haberme enredado con una mujer de tan mala calaña.

Luego sale corriendo Don Elías en búsqueda de un taxi llegando así en fracciones de minutos a su casa para hablar con su esposa con la bebé en los brazos, pues ella era la única que podría ayudarlo a pesar de la infidelidad que él le había hecho, aún sin ella saberlo, no se imaginaba lo que este hombre le confesaría.

     Llegando Don Elías a su casa de prisa, con la bebé en los brazos, se encuentra con su esposa Eva, quien se encontraba en su mecedora verde cómo cada tarde cociendo algunas prendas rotas de su esposo, cuando Don Elías dice.

–Eva, tenemos que conversar muy seriamente. Respondiendo ella.

–¿Que sucede Elías? Se levanta ella de su mecedora y pregunta,

– ¿Quién es esa hermosa bebé tan pequeña por Dios? Pero… ¿Por qué está harapienta y así toda sucia?… ¡Dios santo ¡está recién nacida. ¿Y qué haces tú con ella en brazos? Habla ya… no entiendo nada. ¿Qué sucede? Exclama ella totalmente sorprendida por ese escenario que veía, totalmente desconcertada llena de dudas.

Respondiendo Don Elías con el alma destrozada y temeroso sin saber qué sucedería

–Está criatura que ves en mis brazos, es producto de mi infidelidad, sólo fue un par de veces con una mujer que ya no importa, pues quedó sepultada en mi memoria a partir de este momento… A lo que Eva respondió

– ¿Qué cosas dices? ¿Cómo pudiste hacerme eso a mí? Yo… que he sido una dama intachable que nadie tiene nada que decir de mí y te he entregado mi vida. ¿Por qué me fallaste de esta manera? Respondiendo Don Elías

– Ella no quiere a está bebé que es inocente de todo y necesito saber si me perdonas y si puedo contar contigo para criarla ya que es mi hija, y no la pienso dejar a su suerte.

–Pero… ¿cómo te atreves a decirme todo eso y encima me pides que te ayude a criar el producto de tu infidelidad? O te parece demasiado descaro, ponte por un momento en mi mugar. ¿Qué harías tú? Dijo Eva. A lo que él responde

–Te entiendo perfectamente, aunque no lo creas. Y te pido perdón nuevamente. Yo te amo y tú eres la mujer de mi vida, jamás te había traicionado, siempre te he respetado en todo momento, aun no comprendo cómo pude dejarme llevar por momentos de tragos sin medir las consecuencias. Y ahora mírame mujer, estoy aquí al frente de ti, arrepentido de este error y de causarte tanto daño, pero ahora tengo a esta bebé y debo asumir mi responsabilidad

–¿Y de verdad tú crees que las cosas se solucionan así de fácil? con unas disculpas, después que te has burlado de mí y yo aquí como la esposa fiel y respetable mientras tu hacías quien sabe Dios que cosa, por allí con cualquier mujerzuela grito Eva con gran enfado, con su rostro ruborizado por la emoción y bañada en lágrimas. Luego Don Elías se acerca a ella y dice

– De verdad nunca imagine ser el causante de este dolor tan grande que hoy te estoy ocasionando, tú eres el amor de mi vida y lo último que quisiera es hacerte daño. En ese instante él se acerca a ella abrazándola fuertemente quedando la bebé entre sus brazos y comienza a llorar él también con el corazón roto al ver todo el dolor que le ha causado a su esposa intachable. Pero luego ella lo esquiva dando la vuelta sentándose en el sofá llorando desconsoladamente, respondiéndole

–Pero es que tú no entiendes…. No ves que ya nada nunca volverá a ser igual. Después de una traición nunca se podrá recuperar la confianza y mucho menos, si de esa infidelidad quedó un fruto, ese ser que no tiene culpa de nada. ¿Por qué no te cuidaste, acaso no era más sencillo? grito con todo su enfado. A lo que dice Don Elías.

– Sabes… esas son cosas que pasan, sé que no es justificación, pero tampoco voy a solventar nada con esta discusión absurda, tenemos que pensar con cabeza fría y necesito resolver rápido esta situación con mi hija. En eso Eva se levanta del sofá y le dice con frialdad y determinación mirándolo fijamente a la cara.

–¿Y qué esperas tú de mí? ¿Qué quieres que haga? Ahora si me vienes a buscar y ¿por qué no lo pensaste antes?

–Te juro que te entiendo Eva, pero de no aceptarla y no perdonarme pues tendré que marcharme con ella ya que no pienso hacer lo mismo que la loca trastornada que la trajo al mundo. Respondió Don Elías

Eva, confundida, con miles de dudas, cae llorando desconsolada nuevamente al mecedor, con sus manos en los el rostro, totalmente destruida ante la verdad que su esposo le confesaba hace un instante. Don Elías continúa diciendo.

–Mi amor, tú sabes cuánto te amo, eres mi esposa y siempre lo serás, te pido con el corazón en la mano y el alma destruida que me perdones, jamás te había dado motivos de tristezas y nunca te había traicionado, eso fue un momento de tragos. Y pues no medimos las consecuencias de nuestros actos, y aquí está el resultado. Pero, ahora bien, necesito saber si me perdonas y si podemos contar contigo, ahora seremos una familia, la criaremos cómo si fuese nuestra, ya que aún no teníamos hijos. Ahora seremos tres, piénsalo amor ¿sí?

Eva, confundida, con miles de dudas, cae llorando desconsolada nuevamente al mecedor, con sus manos en los el rostro, totalmente destruida ante la verdad que su esposo le confesaba hace un instante.

Respondiendo Eva…

–En algo si tienes razón, está criatura inocente no tiene la culpa de nada, y yo no voy a arrastrar ese pecado de cerrarle las puertas a alguien que no pidió venir a este mundo retorcido, lleno de mentiras y engaños.

En ese momento Don Elías se arrodilla ante Eva con la bebé en los brazos diciendo…

–Eva mi amor tú eres un ángel, yo sabía que podría contar contigo. Te juro que no te volveré a engañar nunca más y que todo será diferente a partir de ahora.

-Si claro, para ti es muy sencillo decir todo eso, después de lo que hiciste, ¿pero ahora donde queda la confianza? ¿Cómo puedo yo volver a creer en ti después de lo que me has hecho? Cambiaste toda mi vida en un segundo, tan sólo por dejarte llevar por tus instintos carnales sin pensar en las consecuencias de tus actos y de todo el dolor que causarías.

–Bien sabes que, si no tenemos hijos, ha sido porque no soy fértil, más no porque no quiera porque tu muy bien sabes que hemos hecho todo para tener a nuestro bebé y ahora me llegas con una bebé en los brazos que tuviste con otra mujer de repente, diciendo Eva aun toda desconcertada

– Dice Don Elías… Lo sé amor, eso no hace falta aclararlo ni repetirlo, Solo te digo que por algo ocurren las cosas y si esta niña ha llegado a nuestras vidas ha sido por algo.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo