Capítulo 35. Promiscua
Cuando Emma regresó al salón del señor Black, le extrañó notar que Leonardo no había vuelto, y allí sólo estaba Benjamin, con toda su seductora humanidad desplegada ante ella.
De todos modos, y aunque algo incómoda por la extraña situación, se sentó en su lugar: Ben en la cabecera de la mesa y Emma a su derecha.
La mesa ya había sido despejada y sólo había sobre ella algunas botellas para preparar tragos. Uno de los empleados de Black esperaba órdenes.
-¿Qué le gustaría tomar, señora Fritz?
Ella inspeccionó las botellas atentamente, hasta que vio una que la hizo sonreír por el brillo de un recuerdo.
-Sólo vodka, gracias.
El "bartender" sirvió el pequeño vaso, algo sorprendido. Había imaginado que le solicitarían algo dulce.
Benjamin pidió whisky y lo despidió con la mano.
Ambos tomaron un pequeño sorbo, estudiándose. Emma cruzó las piernas y espero, echando una última mirada a la entrada del salón, esperando el regreso de Leo.
El señor Black la miraba con intensidad. Luego se apoyó