Tras la trágica muerte de sus padres,Ares Balmore es acogido por el temible mafioso Apolo Arismendi, quien ve en él no solo un hijo, sino al sucesor perfecto para su imperio criminal. A medida que Ares se adentra en este universo de traiciones y estrategias despiadadas, comienza a aceptar su destino forjado por las sombras. Sin embargo, su vida toma un giro inesperado cuando se enamora perdidamente de Selene Arismendi, la única hija de Apolo. Su amor prohibido representa un desafío no solo a las leyes del crimen, sino también a los secretos oscuros que han permanecido ocultos durante años. Amores y lealtades se ponen a prueba cuando verdades atrapadas en el tiempo emergen, Ares y Selene se ven arrastrados a una tormenta de conspiraciones que amenazan con destruir todo a su paso.
Leer másAutos lujosos ocupaban la cuadra a las afueras de la lujosa mansión Arismendi.
Ese día era especial,Apolo Arismendi el patriarca de la familia cumplía sesenta y cinco años.
Su esposa Lauren y su hija Selene le acompañan,frases de felicitaciones se dejan oír.
—Padre,no traje regalos,es obvio que nada se le puede obsequiar a un hombre tan poderoso que todo lo tiene.
Selene ignoraba que su padre se dedicaba a negocios sucios ,lo único que tenía era cosas materiales y carecía de paz.
El mafioso asintió con la cabeza y su mirada se desvió hacia Ares quien era su mano derecha y posible sucesor.
—Señor,conozco su gusto por las esculturas japonesas,así que mi obsequio es esta pieza.
Apolo observó el diseño finamente esculpido ,quiso sonreír y solo le salió una mueca,sabía que la mayoría de los asistentes estaban allí por compromiso y no porque lo desearan,a excepción de Ares.
Hacía veinte años que lo había encontrado en altamar en una embarcación llorando encima de los cadáveres sangrientos de sus padres que habían sido asesinados.
Ares sólo recordaba que desde su escondite vio el tatuaje en forma de tiburón que tenía el asesino en el brazo derecho.
Apolo lo llevó a su domicilio,no tenía hijos varones y lo adoptó como propio,tal vez para aplacar su conciencia, puesto que una orden suya lo había dejado huérfano.
Ares creció con muchos lujos,pero con el corazón triste y la promesa secreta de que algún día vengaría la muerte de sus padres.
El viejo Arismendi ya estaba cansado y deseaba pasar a retiro,su única hija fue educada en Francia y cada vez que ella venía de vacaciones era lo máximo para Ares que de a poco se enamoró de la hermosa rubia.
Ella en cambio lo veía como a un amigo y tenía planes de casarse con un novio que había dejado en París.
Apolo disfrutaba de la animada fiesta,en ese momento dejó de sonreír y ordenó silencio.
La música se detuvo y las palabras del magnate dejaron impactada a la bella Selene.
—Tengo un anuncio especial,más bien son dos–Miró a Selene y a Ares—Desde hoy el jefe de los negocios de la familia es Ares,además tengo el placer de anunciar el compromiso de mi hija Selena con Ares Balmore.
Selene consciente de la dureza de su padre decidió no llevar la contraria en ese momento y se tranquilizó al pensar:
“Tranquila,así debo permanecer,trataré de sonreír y mañana hablaré con mi padre,él me tiene que entender.
Ares pensó en la oportunidad que le daba la vida de vengar a sus padres,ser el jefe de la mafia y el flamante esposo de Selene.
—Me honra usted,le prometo que seré el mejor en todo,futuro suegro.
—No me queda duda,ahora ve al despacho y hazte cargo de algunos asuntos pendientes.--El viejo señaló a unos gangsters que aguardaban.
Ares se retiró a la oficina y Selene en un impulso se acercó para hablarle a su padre,su madre le jaló por el brazo con rudeza.
—¡Ni lo pienses!,no te atrevas a contradecir a tu papá.
Lauren aparte de bella era sagas,ella también había sido obligada a casarse con ese hombre que no amaba y ni eso le tuvo piedad a su hija.
—Me haces el favor y te vas a corregir el maquillaje,lávate la cara que pareces una payasa—Dijo para luego retirarse moviendo su esbelto cuerpo cubierto con un vestido azul de organza que combinó con un sombrero de ala ancha.
Ares estaba en el despacho y antes de recibir a esas personas decidió hablar con su hombre de confianza y se acercó apenas murmurando le dio una orden y el hombre asintió.
No tardó mucho en cerrar un trato de negocios,sabía a la perfección lo que deseaban esos caballeros y lo mucho que la alianza le ayudaba.
Un par de horas más tarde decidió unirse a la fiesta,pero antes fue al jardín,odiaba las reuniones sociales.
—Contigo quiero hablar.-- Selene parecía molesta por el tono alto de su voz.
—¿Quieres un beso para sellar nuestro compromiso?
Su forma despectiva de expresarse le causó indignación a Selene.
—No creas que te acepto como marido,sabes que amo a otro hombre.
—Ten cuidado de cómo me hablas,sabes que tu destino son mis brazos.
Ares la tomó con fuerza por los hombros y le acercó para solo rozar sus labios.
—¡No te atrevas a besarme a la fuerza!
—Por ahora no te voy a obligar a nada,tu solita me vas a rogar que te haga mía,ten en cuenta que donde hubo fuego cenizas quedan.
Ella se encogió de hombros y negó con la cabeza.
—No te hagas ilusiones, fuiste mi primer amor,es cierto,pero eso es el pasado.
—Yo nunca te dejé de amar,sé que aunque lo nieges tu tampoco olvidas nuestro primer beso.
Selene se rió entre dientes y lo miró por encima de la cabeza.
—¿Todavía recuerdas eso?,éramos un par de adolescentes tontos.
—Nunca le perdonaré a tu padre que te haya mandado a Francia.
—Mi papá solo deseaba mi bien,tu andabas en malos pasos en ese tiempo.
Ares se volteó un momento para luego tomar su cara con ambas mano y decir con cólera.
—El delincuente número uno es tu padre,¿con quién crees que aprendí tanto?,no tienes idea de quién es Apolo Arismendi.
—¡Dímelo tú!
—Tu padre es el mismo diablo.Desde que pactas con él te pudre el alma.
Una sonora bofetada impactó la mejilla de Ares.
—No te atrevas a difamar a mi padre.
—La vida de tu novio está en mi manos. — Amenazó mientras frotaba su mejilla colorada,en ese momento recibió una video llamada de sus escoltas .
El rostro de Selene se tornó pálido al ver a Frédéric su novio atado de pies y manos.
—¿Cómo le han encontrado?,nadie sabía que mi novio está en Italia.
—Yo vigilo cada uno de tus pasos,cuando tu vas,yo he ido dos veces,sabía que tenías intenciones de presentarlo como tú novio y me adelanté a pedir tu mano a don Apolo,él sabe que mejor partido para tí no va a conseguir. Aproveché la víspera de su cumpleaños para que no me negara mi petición y como buen italiano no me defraudó.
El sol brillaba intensamente sobre las suaves olas del océano Pacífico, Ixtapa se mostraba en todo su esplendor. Selene aplicaba protector solar a los trillizos cuyas mejillas rosadas se veían hermosas.Lauren y Fiorella, con piñas coladas en las manos tomaban el fresco bajo las palmeras que se movían suavemente con la brisa marina, creando un ambiente de ensueño que invitaba a la relajación.Los cómodos hoteles alineados a lo largo de la costa ofrecían vistas espectaculares, mientras que el aroma de la comida mexicana llenaba el aire, emanando de una multitud de restaurantes gastronómicos, cada uno prometiendo una experiencia única.—Madre,¿Me cuidas a los niños? Me voy a meter al agua.Selene había decidido tomar unas vacaciones breves, pensando que una semana sería suficiente para desconectarse y disfrutar del paraíso antes de regresar a su país y reanudar su vida como si nada hubiera cambiado. Pero la vida, como siempre, tenía planes diferentes para ella.Era una tarde tranquila
Selene estaba sumida en un sueño profundo, cuando una serie de toques desesperados la despertaron. Se levantó sobresaltada y se colocó un abrigo sobre el pijama antes de correr a la puerta. “¿Quién puede ser a esta hora?”Un extraño presentimiento le invadió el pecho y un escalofrío recorrió su piel. Su mente trataba de procesar lo que podría estar sucediendo mientras se asomaba por el mirador.—¿Quién es? —preguntó con voz temblorosa al ver a dos agentes de policía.El teniente Ricci, un hombre de cabellos grises y mirada seria, fue el primero en hablar.—Señora, tenemos malas noticias. Su marido ha muerto.Las palabras parecían sacadas de una película de terror. Selene sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. Todo fue inesperado, un torrente de emociones le abrumaron. —¿Qué... qué sucedió? —tartamudeó, mientras sus pies vacilaban.—Fue una terrible explosión, señora. Hay cadáveres de varias personas, vecinos del edificio. Necesitamos que nos acompañe para formular alguna
La oscura y polvorienta calle con luces temblorosas en los faroles apenas lograban disipar la niebla. Ares caminaba con paso firme y decidido, con su mente repleta de recuerdos. Cada esquina reflejaba ecos de un tiempo pasado en el que él y Selene habían compartido sus risas y sueños. Pero ahora, su camino era uno marcado por la distancia y la falta de perdón. Habían pasado seis meses desde la última vez que habían hablado.Ares respiró hondo mientras giraba en la esquina por la que tenía que pasar. Sus pensamientos estaban nublados por la angustia y la desesperación. Recordó ese día en que había tomado la decisión más difícil de su vida,convertirse en agente encubierto para atrapar a Apolo. No le pareció justo que tratando de ser bueno la vida le pasara factura ahora. Ese mundo oscuro, lleno de trampas y mentiras, donde jugó un papel que puso en juego tanto su vida como la de Selene.Con la esperanza de que habiéndose dado tiempo necesario para pensar,ella pudiese darle la oport
Selene se sentó al borde de la cama, el sonido del tráfico resonaba débilmente a través de la ventana del apartamento.Las luces de la ciudad brillaban con una intensidad casi hiriente, pero su corazón estaba en un lugar sombrío. Durante semanas, había existido una especie de burbuja a su alrededor, y mientras Ares hablaba, cada palabra que salía de su boca parecía adquirir un nuevo significado, un sentido oculto que acababa de descifrar. —Selene, necesito que me escuches —dijo Ares, acercándose con una expresión seria en su rostro que ella nunca había visto antes.Ella lo miró con desdén, recordando todas las veces que había insistido en que todo estaba bien, incluso cuando no lo estaba. Había algo en sus palabras que siempre le había parecido fuera de lugar; una inquietud mal disimulada que ahora estallaba en su mente como fuegos artificiales.—¿Escuchar? ¿Para qué? —replicó Selene, dejando caer sus manos sobre sus piernas. Su voz temblaba entre la ira y la traición. —Me has ment
La sombra del pasado se cernía sobre la vida de Apolo, arrestado y reducido a un mero vestigio de su antigua grandeza. En la penumbra de su celda, el viejo narcotraficante reflexionaba sobre sus decisiones, esos giros fatales que lo llevaron a perderlo todo. El eco de risas y fiestas llenas de excesos se había desvanecido, cambiado por el silencio inquietante de rejas metálicas y un guardia que lo miraba con desprecio.Los muros fríos y ásperos de la prisión eran un recordatorio constante de su caída de la gracia, un descenso del que no podría salir fácilmente.Recordaba los días en que era temido y respetado; liderando su imperio desde las sombras, dictando órdenes y manejando destinos. Pero aquel mundo, tan seductor como peligroso, había dejado cicatrices imborrables. A medida que pasaban las horas, la frustración crecía en su pecho; era una impotencia desgarradora.Apolo se daba cuenta de que sus enemigos estaban más cerca de lo que había imaginado. Había sido traicionado, sí, p
Ares se quedó pensativo. Nunca antes había sentido tanto miedo como ahora, y no por él, sino por ella y por los niños, que eran la parte más delgada de esa soga. La incertidumbre lo consumía; el peso de su pasado era una carga que le resultaba cada día más difícil de llevar. Sus pensamientos se agolpaban, y a pesar de la frialdad que le confería su entorno, la seguridad de su familia se escapaba entre sus dedos como arena.—Te hice una pregunta. ¿Estás dispuesto a comenzar una nueva vida en un país lejano donde nadie nos conozca? Podemos trabajar y salir adelante con los niños —la voz esperanzada de Selene rompió su ensimismamiento.—Querida, amo tu inocencia. No hay un lugar donde el largo brazo de la mafia no llegue. Una vez que renuncie, mi cabeza tendrá precio. Más bien, déjame cerrar este ciclo —respondió Ares, sintiendo que las palabras pesaban como plomo en su lengua.—¿Los piensas matar? Selene se puso pálida, y al mirarlo, Ares vio en su rostro la mezcla de amor y terror,
Último capítulo