CAPÍTULO 49: EL INICIO DE LA VENGANZA
Maddison
Me quedo sola, rodeada de un silencio denso y oscuro. Cuando por fin me obligo a ponerme de pie, me siento como si hubiera envejecido años en apenas unos minutos. Camino por la casa como un fantasma, tocando las paredes, los muebles, buscando algo que me devuelva la fuerza, pero no lo encuentro en estos objetos. Lo encuentro en la determinación que late como una advertencia en mi pecho: es hora de mover mis piezas.
Ya no puedo seguir esperando que los fantasmas de mi pasado desaparezcan por sí solos. Tengo que ir a buscarlos. Tomo una ducha rápida, me cambio la ropa y salgo de la casa sin mirar atrás. El aire frío de la noche me despeja la mente. El recuerdo de la conversación que escuché entre Andrew y Gregory me quema la piel. Todo encaja de pronto: su insistencia en protegerme, su forma de mirarme como si guardara un secreto. El hijo ilegítimo de Gregory Beaumont… Hermano de Vanessa.
La traición me duele, pero no va a detenerme esta ve