CAPÍTULO 161: TIEMPOS DIFÍCILES
Maddison
El olor del hospital siempre me pone nerviosa. Ese aroma a desinfectante mezclado con café rancio y pasillos interminables que parecen tragarse el tiempo. Estoy recostada en la cama, con las cortinas de la habitación cerradas para evitar la luz directa, pero ni eso calma la angustia en mi pecho. Cada vez que cierro los ojos, veo esa foto. La imagen borrosa del niño dormido en una cama desconocida. Cuando parpadeo se siente como un flash de su carita confundida. Otra vez ella me lo ha arrancado de los brazos sin siquiera haberme dado tiempo de tenerlo cerca.
La puerta se abre con un chirrido suave. Me enderezo un poco, pensando que es Derek con más noticias, pero en su lugar aparece Claire. Tiene una bufanda roja en una mano y un vaso con jugo natural en la otra. Por un instante, la sorpresa me deja inmóvil, no sabía que Derek le había dicho dónde estaba.
—Hola —dice, con esa voz baja que siempre usa cuando algo anda mal—. Derek me llamó. Me dij