CAPÍTULO 31: ES DEFINITIVO
Maddison
Su aliento roza mi rostro. Sus labios siguen acariciando los míos con necesidad y arrepentimiento, pero algo en mi interior comienza a cambiar. Un mareo me sacude. Apenas leve al principio… pero va creciendo. El calor de su cuerpo, la intensidad del momento, todo me abruma.
Mis manos lo empujan con suavidad.
—Espera… —susurro, llevándome la mano a la frente. Me falta el aire—. Me estoy mareando…
Derek se aparta de inmediato, como si yo fuera frágil, como si tuviera miedo de romperme.
—¿Qué pasa? ¿Maddison?
Me siento en el sillón con lentitud, presionando mis sienes, intentando recuperar el equilibrio, pero no funciona. Me cuesta enfocar y mi visión se vuelve algo borrosa.
—Mi corazón… está latiendo muy rápido. Siento presión… aquí —le indico el pecho con la mano temblorosa.
No hace preguntas, pero tampoco duda. En un segundo, Derek está de pie, buscando mis zapatos, luego me ayuda a incorporarme con cuidado.
—Vamos al hospital ahora.
—No… quizá no e