54. Un vaso de agua
Capítulo 54. Un poco de agua
La noche cayó sin que William pudiera regresar, por más que intentó hablar con su padre, esta vez fue el rey quien le rehuyó y no permitió que su hijo empezara con excusas. Por su parte, la reina estaba tan preocupada ante la situación, que un fuerte dolor de cabeza, como los que solían aquejarle, la tumbó en cama.
Regina esperó sentada junto a la ventana con Dash en brazos hasta que el cansancio venció sus párpados. Guardó la esperanza de tenerlo de vuelta esa noche, pero al final entendió que él tenía compromisos con la Familia Real y el reino. Él era un guardia real. Esas cosas pasaban.
A la mañana siguiente, todas las cosas parecían funcionar de forma normal en Saint Bartolomé, Serafina continuaba las instrucciones a Camille y, en esta ocasión Regina no se les unió, porque se quedó al lado de su pequeño, quien amaneció un poco afiebrado y con molestias. Al principio, Regina revivió esos horribles tiempos en los que sintió perderlo; sin embargo, tras rev