53. ¡Lo buscan desde el castillo!
Todavía los sirvientes no habían salido a sus labores, pero no demoraban en hacerlo y Regina no deseaba ser vista en esas condiciones, por lo que se levantó con prisa. Los cascos de un caballo llamaron su atención, William la observó con el ceño fruncido, extrañado por lo temprano que alguien se atrevía a llegar. Eso lo puso alerta.
—Ve con Dash, yo me encargo —le pidió, preocupado y anhelaba haber bajado su espada o, al menos, una daga, pero apenas si vestía ropas ligeras que cubrían su cuerpo.
Regina se sintió tentada a negarse e ir con él, pero sabía que tenía razón y su hijo se encontraba solo en el interior de la casa, así que, asintió y corrió al interior.
El bebé estaba inquieto en la cuna, aunque seguía dormido. Ella lo tomó en brazos y se quedó a la espera de William, pues desde esa habitación no alcanzaba a ver hacia la entrada. Sin embargo, una voz conocida sonó por el pasillo y se acercaba a la puerta.
—¡Regina! —exclamó Serafina al abrir la puerta de la habitación y ver