Varios meses después…
Alexander
No lo soporto más, su abandono está acabando con mi existencia, cono mi cordura. Desquito mi enfado con los empleados que se apartan a medida que avanzo hacia la oficina, atender esta mierda me tiene sin cuidado, me da igual lo que suceda con la empresa, solo quiero encontrarla a ella. Ninguno de los investigadores me ha dado una maldita respuesta sobre el paradero de Isabella, la mezcla de sentimientos y emociones me agobia, me ahoga, hacen que desee jamás haber aceptado hablar con Laura, pero es demasiado tarde, no puedo cambiar el pasado.
Me sirvo un trago y lo bebo hasta el fondo, para luego servirme otro y dejarme caer en la silla con la vista puesta sobre la ciudad, mientras el líquido ámbar me quema la garganta a su paso. El primer día que ella entró a esta oficina fue este panorama el que se robó toda su atención. Y con ella, se llevó también la mía.
—Vuelve Isabella, te necesito. —Mi voz es apenas un rasguño contra el silencio opresivo que me