El vehículo se detuvo de golpe frente a un motel propiedad de Dante en el centro de Las Vegas. Un antiguo local que era el lugar de encuentro de putas y drogadictas del area. Las luces parpadeaban, y el sonido de de los antros alrededor, disimulan el ruido de motores de vehiculos que aún los buscaban.
Kaiser bajó primero, con el arma en mano, inspeccionando los alrededores antes de abrir la puerta trasera.
—Rápido, ayúdenme con él —ordenó.
El doctor Gianluca salió casi al mismo tiempo, y entre ambos sujetaron a Dante por los brazos. La camisa estaba empapada, la sangre oscura corría entre los dedos del médico mientras lo cargaban hacia adentro.
Margaret los seguía tambaleante, aún con los efectos de la anestesia, con el corazón martillándole en el pecho.
—Buenas noches, señor Kaiser...—se percata de la situacion y ve a Dante herido.
—¡El ascensor, rapido!
—¡Oh Dios mio que le sucedio! — se alarma la recepcionista mientras preciona rapido el boton del ascensor.
—Eso no te incumbe, solo