REVELADORAS VERDADES.
Damián Feldman.
Todos los días, al verla sentía que la rabia se me clavaba más profundamente en el pecho, como un cuchillo.
Mi padre... mi propio padre había omitido la demanda. ¿Así de fácil? ¿Después de todo el daño que ella estaba causando? Se la había dejado pasar como si se tratara de una falta menor, es que la trataba como si ella fuera la reina de su mundo.
Y yo... yo me ahogaba en esta frustración que ya no sabía cómo manejar.
Hundí la cabeza en los negocios. Me envolví en los trabajos que tenía pendientes como asistente de Amelie. Necesitaba mantener mi mente ocupada y sobre todo saber en que andaba ella. Porque si no, iba a explotar. Y justo cuando pensé que podía respirar entre tanto papeleo, la bomba cayó: un desfalco financiero. Medio millón de dólares desaparecidos en una operación mal justificada, oculta entre transferencias internas y facturas sospechosas.
Abrí los reportes uno a uno, buscando la trampa. Y ahí estaba su nombre en la firma del documento.
Amelie.
Ella e