TESSA
Me revolví en sus brazos, esperando que no me hiciera daño y tal como imaginé, me lanzó como si fuese un costal de papas.
Terminé de rodillas dentro de una estancia pequeña. Miré alrededor y me vi en una especie de alacena gigante. Escuché sus huesos crujir y volver a su forma humana.
Los restos de tela de la ropa que se había roto cuando se transformó, aún quedaban sobre su piel, pero en general, estaba desnudo. Desvíe la vista y me incorporé, lento, tratando de no provocarlo; sin embargo, un gruñido me hizo retroceder.
Mis latidos estaban acelerados, mi piel enchinada y mis vellos crispados, no supe si de miedo o porque frente a mí estaba un hombre desnudo de pies a cabeza, con el miembro semierecto, que me provocaba un calor que no podía describir.
—No fue mi intención —murmuré esperando comprensión—. Mi intención no fue…
—Cállate —advirtió de forma autoritaria y aunque me enfadó, intenté mantener la calma.
Me miraba como si me estuviera estudiando y caminó hacia mí con esa a