Tessa se giró de golpe. Tenía el corazón acelerado, pero no vio a nadie frente a ella. Sin embargo, la sensación de sentirse observada, no se fue. Al contrario, más que nunca sintió que alguien estaba ahí.
Preparó todos sus sentidos para encontrar al intruso, pero no pasó nada.
No escuchó ruido, nada en absoluto, así que se asomó la cabeza por la ventana, pero de nuevo no vio nada, todo parecía en calma. No había gente yendo y viniendo, tampoco veía a Magnus por ningún lado, lo que significaba que nadie se sentía amenazado.
Tragó saliva, nerviosa, así que solo se mantuvo en calma y luego miró el piso. Las huellas y pisadas ya no estaban.
—Te estás volviendo loca —se dijo a sí misma, cerrando los ojos con fuerza para no pensar en nada más.
Fue entonces hacia la cama y se dejó caer en ella de nuevo, no sin antes asegurarse de que estaba completamente encerrada en su cuarto.
Cerró los ojos de nuevo y se levantó un par de horas más tarde. Bajó las escaleras no sin antes ir por el bebé y a