Capítulo 113. La niña del peluche
Los Coppola ya habían regresado a Milán, pero Michael está vez no se confiaría, pasaba pegado a sus computadoras, revisando múltiples sistemas de seguridad, no se confiaba de empleados, quería cubrir todos los turnos.
Entonces Diego fue a buscarlo, Michael lo miró con el ceño fruncido.
Diego estaba vestido con ropa de fiesta.
— ¿No deberías estar en una boda?
—Ya fue la boda. Quiero que me acompañes a la fiesta.
—Yo no estoy invitado.
Diego sonrió.
—Se casó el tío de mi esposa, yo te meteré sin problema a la fiesta.
—No puedo, esto es una pesadilla, los contratistas no hicieron bien su trabajo, tengo áreas de la casa sin visión.
— ¿Qué? —Expresó Diego incrédulo—. Apenas pasó un mes desde que hubo una explosión de gas en esta casa, está habitable, ¿cómo osas criticar a los contratistas? Creo que hacen un excelente trabajo.
—Si tú lo dices —expresó blanqueando los ojos y destapando una lata de energizante.
— ¿Cuándo fue la última vez que comiste un plato