Capítulo 10. Quiero que estés conmigo
Michael maldijo a Massimo y su incitación, él nunca antes había pensado en Guadalupe de esa manera.
   — ¿No tienes planes de irte? —Michael bostezó sin mirarla y Guadalupe no podía sentirse más ignorada.
   —Sabes qué, como igual estaré por aquí puedo ayudarte, dime qué debo hacer, ¿ver esos cuadritos a ver si veo a tu chica?
   Michael pensó, en realidad las cámaras de tránsito en las salidas de Manhattan por carretera por si veía a Luciano y que este le lleve a Slashdot era su esperanza, pero necesitaba descansar.
   —En estos cuadritos vigilo si veo a Luciano, ¿lo recuerdas?
   —Claro que recuerdo al canijo que casi me manda al otro mundo.
   —Pues ve a tu habitación, bañate, cambiate de ropa y vienes.
   —“Simón”... —exclamó de forma afirmativa y salió corriendo contenta de poder ayudar.
   Guadalupe desde que conoció a Michael años atrás la cautivó, él siempre había sido amable con ella, le prestaba atención y compartía su comida, estaba pendiente que no se buscara problemas con