CAPÍTULO 73. Vibrar de nuevo. Fuego silencioso.
Seis meses después.
Valentina se siente finalmente fuerte y recuperada. Su cuerpo ha sanado, y la herida emocional, aunque sigue allí, ya no la define. Cada mañana se levanta con ánimo, sonríe, conversa con facilidad y ha reconstruido su rutina. Su divorcio con Ferraro ya es oficial; ahora vive sola en un departamento que alquiló y ha convertido en su refugio personal.
Además, ha retomado su pasión por la fotografía. Está cursando una maestría que la entusiasma, y trabaja como fotógrafa para una revista de arte y cultura. La vida le ofrece nuevas oportunidades, y Valentina se siente lista para disfrutarlas.
A veces, cuando el silencio la envuelve, su mente la traiciona. Y piensa en Alejandro. En su mirada, en lo que fue y en lo que pudo haber sido. Apenas se da cuenta, sacude la cabeza y se reprocha a sí misma, como si con sólo negarse pudiera arrancar ese recuerdo de raíz. No quiere pensarlo, no quiere sentirlo, porque sabe que pensar en él es volver a abrir otra herida.
Se sienta en