CAPÍTULO 29. Entre las sombras del lujo
El auto negro se detiene frente a la entrada del exclusivo Hotel Aravena Palace. La fachada de mármol blanco y los ventanales amplios reflejan el último destello del atardecer. Un portero uniformado se acerca de inmediato y abre la puerta con una sonrisa formal. Alejandro baja primero, impecable, dueño del lugar con solo caminar.
Valentina lo sigue, bajando con cautela. El aire es fresco, pero no lo suficiente como para explicar el escalofrío que le recorre la espalda. A cada paso, siente el peso de la valija en su mano. No por su tamaño, sino por su contenido: las cartas que encontró en el despacho de Alejandro.
En el vestíbulo todo brilla: lámparas de cristal, mármol pulido, una fragancia elegante flotando en el aire.
Valentina avanza con paso firme, aunque siente que el eco de sus tacones sobre el mármol resuena más fuerte de lo normal. Alejandro camina a su lado, saludando con un breve gesto a los empleados, que lo reconocen de inmediato con una mezcla de respeto y discreción. No