Adrián Fontana
Bese la espalda y el cuello de Natalia. Me fascinaba tenerla entre mis brazos al despertar.
— Preciosa — Susurré en su odio mientras repartí besos
— Hola — besa mis labios.
— Hermosa, hoy nos tomamos el día libre; es sábado.
— Tengo cosas que hacer.— Responde
— ¿Más importante que tu marido? — hago puchero.
— Bueno, por hoy — besa mis labios suavemente.
Pasamos todo el día juntos como debía ser, ella es mía y deseo tenerla todo el tiempo conmigo. Antes de oscurecer, llegamos a la casa. Natalia se fue a ver a Paula, y yo fui a charlar con mi mamá, quién solicito verme.
— ¿Pasa algo?— Pregunté preocupado
— No sé cómo decirte esto, Natalia. Te está engañando.— Me informa.
— Sé que te cae mal, pero esto es demasiado.— Rodee los ojos
— Es verdad. La vi en una situación muy comprometedora con Leonel.
— Te habrás confundido. Nunca me traicionarían y mucho menos con mi mejor amigo.
— Los investigué. Todas las tardes se citan en un hotel.— Me info