37. Linaje Azul
Stefanos
El olor a sangre cortó el aire como una cuchilla.
Pero no era sangre común.
Era dulce. Metálico. Denso.
Y azul.
Por un instante, el tiempo se detuvo.
Mis ojos descendieron lentamente hasta el suelo del salón, donde gotas se acumulaban como pequeñas maldiciones líquidas. Azul oscuro, casi brillante. El tipo de cosa que no debería existir.
"Ella es una aberración, mi Alfa", la voz de Diana sonó como veneno destilado. "Solon lo sabía. Solo que nunca entendí por qué la mantuvo viva."
Ella sonreía. Orgullosa. Triunfante. Como si acabara de entregar un arma cargada en mis manos.
Mis ojos volaron hacia Nuria.
Ella estaba inmóvil.
Como congelada.
La mano presionando el corte. La sangre escurriendo entre los dedos. Los ojos desorbitados. La respiración contenida.
Diana continuó, despiadada:
"Ahora todo tiene sentido", insistió Diana, despiadada. "Esta... cosa, disfrazándose de loba. Solon no sabía qué hacer con ella. Pero tú... ah, tú sabrás."
Nuria dio un paso hacia atrás, tirando de