439. Mi destino
Kiara
Me desperté con todo el cuerpo dolorido… pero era un dolor bueno.
Un recuerdo vivo de lo que había sucedido allí, entre esas sábanas. Mi loba ronroneaba satisfecha dentro de mí, como si finalmente hubiera encontrado lo que siempre buscó. La marca aún palpitaba en mi cuello, con un calor tibio y constante, como un recordatorio silencioso.
Solté un suspiro soñoliento, estirándome como una gata perezosa, hasta darme cuenta de que la cama estaba vacía a mi lado. Me senté despacio, las sábanas resbalando por mi cuerpo desnudo, y busqué con la mirada.
Fue entonces cuando lo vi.
Jason estaba de espaldas, solo con pantalones de chándal, arreglando algo sobre una bandeja con una concentración adorable. La suave luz de la mañana atravesaba las cortinas pesadas, dorando su piel, sus músculos definidos moviéndose con cada gesto. Parecía una pintura viva de todo lo que era mío.
"Buenos días…", susurré, con la voz ronca por el sueño y la felicidad.
Él se giró de inmediato, una sonrisa lenta e