Alya está a punto de embarcarse en una nueva etapa de su vida, viajando a otro país para estudiar la carrera universitaria que siempre ha soñado. Sin embargo, la emoción de este nuevo comienzo se ve empañada por la preocupación de mantener una relación a distancia con su novio, Enrique, quien no puede acompañarla debido a su trabajo. Enrique, aunque es su primer y único novio, muestra una actitud despreocupada hacia la relación, lo que deja a Alya con sentimientos encontrados. Lo que Alya no sabe es que Enrique oculta secretos que podrían cambiarlo todo. Al llegar a la universidad, Alya encuentra consuelo y apoyo en nuevas amistades que se vuelven muy cercanas y la ayudan a adaptarse a su nueva vida. Sin embargo, su mundo se complica cuando conoce a Christian, un hombre envuelto en misterio y oscuridad, pero también increíblemente atractivo y poderoso. Alya se siente irresistiblemente atraída por Christian, a pesar de que su cercanía con él amenaza con desestabilizar su vida. A medida que se adentra en este nuevo y peligroso vínculo, Alya se enfrenta a decisiones que podrían cambiar su vida por completo, llevándola por un camino lleno de giros inesperados y desafíos emocionales.
Leer másLa mañana siguiente, me reuní con Gabriel en su oficina. La tensión en el aire era palpable, pero ambos sabíamos que teníamos que trabajar juntos si queríamos salvar la empresa.—¿Por dónde empezamos? —le pregunté, mirando a mi hermano.—Tenemos que investigar quién está detrás de todo esto —respondió Gabriel—. Necesitamos saber quién está manipulando la empresa desde las sombras.Asentí.—Tengo algunas ideas. He estado investigando y creo que puedo encontrar algunas pistas.Gabriel me miró con interés.—¿Qué has encontrado?Saqué una carpeta llena de papeles y documentos.—He estado revisando los registros financieros de la empresa y he encontrado algunas irregularidades. Creo que podemos seguir el rastro del dinero y encontrar al responsable.Gabriel se impresionó.—Eso es genial, Christian. Podrías ser un gran detective.Sonreí.—No es nada, solo he estado haciendo algunas preguntas y buscando respuestas.Juntos, comenzamos a seguir el rastro del dinero, descubriendo una red de cor
Mis pensamientos eran un torbellino de emociones y dudas. ¿Cómo había llegado todo a este punto? La empresa, nuestra familia, todo parecía desmoronarse.Caminé por los pasillos del campus, tratando de encontrar claridad. Las palabras de Gabriel resonaban en mi mente: "Somos familia. Tenemos que protegernos mutuamente." Pero, ¿a qué costo? No podía ser parte de algo que iba en contra de mis principios.Me detuve frente a una ventana en uno de los edificios del campus y miré hacia afuera. El jardín, normalmente un lugar de paz, ahora parecía un reflejo de mi confusión interna. Sentí una mezcla de tristeza y determinación. Sabía que mi decisión no solo afectaba a mí, sino a todos los que me rodeaban.De repente, escuché pasos detrás de mí. Me giré y vi a Gabriel, su rostro aún marcado por la desesperación.—Christian, por favor —dijo, su voz más suave esta vez—. No podemos hacerlo sin ti.Lo miré a los ojos, tratando de encontrar las palabras adecuadas.—Gabriel, entiendo lo que dices, p
Alya se quedó en su dormitorio, tratando de calmarse. El silencio de la habitación solo hacía que sus pensamientos resonaran más fuerte en su mente. Sabía que debía alejarme de él; sus actitudes controladoras y su invasión a la privacidad de Enrique eran señales claras de que algo no estaba bien. Decidí enfocarme en mis estudios y dejar de lado mis sentimientos por Christian, aunque sabía que no sería fácil.Durante las siguientes semanas, me sumergí en mis clases y proyectos, tratando de mantener mi mente ocupada. Sin embargo, no podía evitar pensar en Christian. Me preguntaba si había hecho lo correcto al alejarme, si tal vez había sido demasiado dura con él. Pero cada vez que esos pensamientos me asaltaban, recordaba la intensidad en sus ojos y la forma en que había invadido mi espacio personal.Christian, por su parte, no podía aceptar la distancia que Alya había impuesto entre ellos. Intentó buscarla en la universidad, pero ella lo evitaba constantemente. La frustración y la sole
Después de hablar con mi mamá, me sentí más tranquila y decidida a seguir adelante. Sabía que tenía el apoyo de las personas que más me importaban, y eso me daba fuerzas para enfrentar cualquier desafío.Al día siguiente, me desperté temprano y me preparé para ir a la universidad. Mientras caminaba hacia el campus, me encontré con Clara, quien también se dirigía a sus clases.—¡Buenos días, Alya! ¿Cómo te sientes hoy? —me saludó con una sonrisa.—Buenos días, Clara. Me siento bien, gracias. Hablé con mi mamá anoche y me hizo sentir mucho mejor —respondí, sonriendo.—Me alegra escuchar eso. Las mamás siempre saben cómo hacernos sentir mejor, ¿verdad? —dijo Clara, riendo.Asentí, sintiéndome agradecida por tener a Clara a mi lado.—Sí, definitivamente. ¿Y tú? ¿Cómo te fue con Marco anoche? —pregunté, curiosa. Ya que en la noche había vuelto a salir con el.Clara sonrió ampliamente.—Fue muy bien. Hablamos mucho y creo que estamos en un buen camino para resolver nuestras diferencias. Me
A la mañana siguiente, me desperté con una sensación de determinación renovada. Sabía que no podía seguir permitiendo que las palabras de Christian me afectaran. Tenía que tomar el control de mi vida y mis emociones.Después de desayunar, decidí salir a caminar para despejar mi mente. El aire fresco y el sol de la mañana me ayudaron a sentirme más centrada. Mientras caminaba, pensé en lo que Clara me había dicho sobre Marco. Sabía que ella estaba preocupada, y quería ayudarla tanto como ella me había ayudado a mí.Cuando regresé al departamento, encontré a Clara en la cocina, preparando café. Me acerqué y le di un abrazo.—Buenos días, Clara. ¿Cómo te sientes hoy?Clara me devolvió el abrazo y sonrió.—Buenos días, Alya. Estoy bien, gracias. ¿Y tú?—Mejor, gracias. He estado pensando en lo que dijiste sobre Marco. Tal vez deberías intentar hablar con él hoy. No tienes que presionarlo, pero podrías hacerle saber que estás ahí para él si necesita hablar —sugerí.Clara asintió, pensativa
Christian caminaba por el sendero del campus, sus pensamientos ocupados con la imagen de Alya. De repente, vio a Clara acercándose y decidió interceptarla.—Clara, necesito hablar contigo —dijo, su voz firme.Clara lo miró con desdén. —¿Qué quieres, Christian?—¿Dónde está Alya? —preguntó, ignorando el tono hostil de Clara.Clara se cruzó de brazos, su mirada dura. —No está en condiciones para tus juegos, Christian. Búscate a otra chica con quien pasar el rato. Con Alya no es.Christian frunció el ceño, su paciencia agotándose. —Alya me importa, Clara.—Si te importa como dices, aléjate de ella y haz algo bien por primera vez —replicó Clara, su voz llena de desafío.Christian se quedó solo, confundido y enojado. No podía dejar las cosas así. Decidió que iría a buscar a Alya, sin importar lo que tuviera que hacer.Con determinación, se dirigió hacia el dormitorio de Alya. Si tenía que usar la fuerza bruta y palabras dolorosas para hacerla entrar en razón, lo haría. No permitiría que se
Último capítulo